martes, 27 de octubre de 2009

ENFERMEDAD- BRONQUITIS

BRONQUITIS
Es la inflamación del tejido que recubre los conductos bronquiales, los cuales conectan a la tráquea con los pulmones. Este delicado tejido que produce mucosidades, cubre y protege al sistema respiratorio, los órganos y los tejidos involucrados en la respiración. Cuando una persona padece de bronquitis, puede ser más difícil que el aire realice su recorrido normal dentro y fuera de los pulmones; los tejidos se irritan y como consecuencia, se producen más mucosidades. El síntoma más común de la bronquitis es la tos. Cuando inhalas o recibes aire respirando, pequeñitas vellosidades cerca del orificio de tu nariz filtran el polvo, polen y otras bacterias que se reproducen en el aire. Otras partículas que no son filtradas en este proceso se adhieren a la superficie de la membrana mucosa denominada cilia. Sin embargo, en algunas ocasiones, los gérmenes atraviesan la cilia y otros sistemas de defensa en el tracto respiratorio ocasionando la enfermedad. La bronquitis puede ser aguda o crónica. Una condiciona médica aguda ocurre rápidamente y puede ocasionar síntomas severos, pero tiene corta duración (menos de unas pocas semanas). La bronquitis aguda es ocasionada por un número de virus que pueden infectar el tracto respiratorio y atacar los conductos bronquiales. La infección que causan algunas bacterias también puede ocasionar bronquitis aguda. La mayoría de las personas padecen de bronquitis aguda durante algún momento de sus vidas.Por otro lado, la bronquitis crónica puede ser leve o severa, y tiene una duración más prolongada – de varios meses hasta años. Con la bronquitis crónica, los tubos bronquiales continúan inflamados (rojos e hinchados), irritados, y con el tiempo producen mucosidad en exceso. La causa más común de la bronquitis crónica es fumar. Las personas que padecen de bronquitis crónica son más susceptibles a padecer de infecciones bacterianas en los conductos respiratorios y en los pulmones, tales como la neumonía. (En algunas personas que padecen de bronquitis crónica, los conductos de aire se infectan permanentemente con bacterias). La neumonía es más común entre las personas que fuman o que están expuestas al humo de los fumadores.


¿Qué ocasiona la bronquitis?
La bronquitis aguda suele ser ocasionada por virus y puede ocurrir durante o después de otras infecciones respiratorias. Los gérmenes como los virus se pueden contagiar entre las personas al toser. Igualmente, también pueden transmitirse cuando te tocas la boca, la nariz, los ojos o después de entrar en contacto con los flujos respiratorios de una persona infectada. Fumar (incluso si es durante un período breve) y estar en contacto con humo de cigarrillos, vapores químicos y otros agentes contaminantes en el aire durante largos períodos de tiempo, expone a las personas al riesgo de desarrollar bronquitis crónica. Algunas personas quienes padecen de brotes repetidos de bronquitis – acompañados de tos, resuellos y dificultad al respirar – puede que padezcan de asma.


Fumar y la bronquitis
El humo del tabaco es la causa de más del 80 por ciento de los casos de bronquitis crónica. Las personas que fuman tienden a tener un período más difícil para recuperarse de bronquitis aguda y otras infecciones respiratorias. Fumar causa daños a los pulmones de distintas maneras. Por ejemplo, puede causar parálisis temporal de la cilia, y con el tiempo destruye completamente el tejido de cilias que recubre los conductos de aire. Eventualmente, este tejido deja de proteger a los conductos de partículas provenientes del tabaco, incluyendo los irritantes y el exceso de mucosidades. Cuando así sucede, los pulmones del fumador(a), se vuelven aún más vulnerables a la infección. Con el tiempo, las sustancias nocivas del tabaco dañan permanentemente los conductos de aire, aumentando el riesgo de padecer enfisema, cáncer y otras enfermedades pulmonares serias. Fumar también ocasiona que las glándulas encargadas de producir mucosidades aumenten su tamaño y produzcan más mucosidades. Las partículas tóxicas y los químicos del cigarrillo, ocasionan la tos crónica en las personas que la sufren. ¿Cuál es la mejor forma de evitar la bronquitis? Lavar las manos con frecuencia generalmente ayuda a prevenir el contagio de los gérmenes que causan esta condición – especialmente durante la temporada de los resfriados. Si no fumas, no empieces a hacerlo nunca – y si fumas, intenta reducir cuánto fumas. Intenta no estar cerca de los fumadores porque incluso el humo proveniente del tabaco de las personas que fuman te hace más susceptible a las infecciones virales y aumenta la congestión en tus conductos respiratorios. Igualmente, asegúrate que descansas lo suficiente y que te alimentas bien para que tu cuerpo pueda defenderse de las enfermedades a las que puedes estar expuesto.


sintomatologia

Tos con mucosidad, a veces sanguinolenta. Si el moco de la bronquitis es verde amarillento y va acompañada de fiebre, lo más probable es que haya infección bacteriana.
Inflamación de los bronquios (ramificaciones de las vías aéreas entre la tráquea y los pulmones)
Inflamación (
edema) de las paredes bronquiales.
Obstrucción de los
alveolos.
Pitos o sibilancia.
Burbujeo (referido al efecto sonoro que se aprecia cuando se ausculta al paciente con un
estetoscopio)
Dificultad respiratoria.
Malestar general
En la
bronquitis crónica, también pueden presentarse los siguientes síntomas:
Inflamación de tobillos, pies y piernas.
Coloración azulada de los labios provocados por los bajos niveles de oxígeno en sangre.
Propensión a sufrir infecciones respiratorias —como resfriados y gripe—.


Tratamiento
Si se considera que la bronquitis es
bacteriana, por regla general se trata con antibióticos. Es común el uso de amoxicilina. En casos de asma, suelen usarse inhaladores para evitar las asfixias —broncodilatadores— o la inflamación —esteroides—. Para los cortes en la respiración (disnea) debidos al bronco espasmo, suele usarse un inhalador de rescate de sambutamos —Ventolina, Salbutomal—. Existen otros inhaladores que pueden ser prescritos para un uso diario.



PUBLICADO X: FABIAN CARREÑO Y LEIDY CARREÑO 1102

miércoles, 21 de octubre de 2009

ENFERMEDADES - ASMA

ASMA
Es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías aéreas hiperreactivas (es decir, un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial). Las vías aéreas más finas disminuyen ocasional y reversiblemente de calibre por contraerse su musculatura lisa o por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad, por lo general en respuesta a uno o más factores desencadenantes como la exposición a un medio ambiente inadecuado (frio, húmedo o alergénico), el ejercicio o esfuerzo en pacientes híper-reactivos, o el estrés emocional. En los niños los desencadenantes más frecuentes son las enfermedades comunes como aquellas que causan el resfriado común.

Ese estrechamiento causa obstrucción y por tanto dificultad para pasar el aire que es en gran parte reversible, a diferencia de la bronquitis crónicas donde hay escasa reversibilidad. Cuando los síntomas del asma empeoran, se produce una crisis de asma. Por lo general son crisis respiratorias de corta duración, aunque puede haber períodos con ataques asmáticos diarios que pueden persistir por varias semanas. En una crisis severa, las vías respiratorias pueden cerrarse tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno. En esos casos, la crisis asmática puede provocar la muerte.

El asma provoca síntomas tales como respiración sibilante, falta de aire (polipnea y taquipnea), opresión en el pecho y tos improductiva durante la noche o temprano en la mañana. Entre las exacerbaciones se intercalan períodos asintomáticos donde la mayoría de los pacientes se sienten bien, pero pueden tener síntomas leves, como permanecer sin aliento - después de hacer ejercicio - durante períodos más largos de tiempo que un individuo no afectado, que se recupera antes. Los síntomas del asma, que pueden variar desde algo leve hasta poner en peligro la vida, normalmente pueden ser controlados con una combinación de fármacos y cambios ambientales pues la constricción de las vías aéreas suele responder bien a los modernos broncodilatadores.

DIAGNOSTICO

El diagnóstico del asma comienza con una evaluación del cuadro clínico, la historia familiar y antecedentes de riesgo o crisis anteriores tomando en consideración el tiempo de evolución del cuadro y las crisis. La mayoría de los casos de asma están asociados a condiciones alérgicas, de modo que diagnosticar trastornos como rinitis y eczema conllevan a una sospecha de asma en pacientes con la sintomatología correcta: tos, asfixia y presión en el pecho. El examen físico por lo general revela las sibilancias que caracterizan al asma. Es importante evaluar si el paciente ya recibió algún tratamiento antes de la consulta médica, así como los eventos desencadenantes de la crisis.

El examen físico es vital, a veces no da tiempo examinar con detalle, sin embargo se perciben las características sibilancias a la auscultación. En algunos casos severos, la broncoobstrucción es tal que se presenta un silencio auscultatorio, sin embargo, el resto de la clínica es tan florida por la incapacidad respiratoria que el diagnóstico no amerita la persepción de sibilancias para el tratamiento de estas crisis severa de asma. Esa angustia y sed de aire puede indicar una crisis severa que amerita tratamiento de rescate inmediato para revertir el broncoespasmo antes de continuar con el examen físico detallado. La inspección del tórax puede mostrar tiraje o retracción subcostal o intercostal. Las dimensiones del tórax en pacientes asmáticos crónicos varían en comparación con niños no asmáticos, característico el aplanamiento costal. La inspección puede revelar detalles al diagnóstico, como el descubrimiento de dermatitis alérgicas, conjuntivitis, etc.

Existen varios exámenes que ayudan al diagnóstico del asma, entre ellas pruebas de función pulmonar, pruebas de alergia, exámenes de sangre, radiografía del pecho y senos paranasales.

Cuadro clínico

Los síntomas más característicos del asma bronquial son la disnea o dificultad respiratoria de intensidad y duración variable y con la presencia de espasmos bronquiales, habitualmente acompañados de tos, secreciones mucosas y respiración sibilante. En algunos pacientes estos síntomas persisten a un nivel bajo, mientras que en otros, los síntomas pueden ser severos y durar varios días o semanas. Bajo condiciones más severas, las funciones ventilatorias pulmonares pueden verse alteradas y causar cianosis e incluso la muerte.

Evolución

La evolución de la reacción asmática constituye un proceso cuyas principales fases son:
Fase temprana. Tiene lugar como reacción de los mecanismos inmunológicos o no inmunológicos frente a agentes alergenos, microbianos, etc. y se caracteriza por constricción de la luz (abertura en el conducto) de los bronquiolos.

Fase tardía.

Sobreviene al persistir el estado de crisis y constituye una acentuación de la misma caracterizada por edema e hiperreactividad bronquial, es decir, una fácil predisposición a la broncoconstricción.
Fase crónica.

Tiene lugar cuando el estado anterior no disminuye después del tratamiento habitual y, con frecuencia, la tos, acentúa la irritación bronquial. Ello conlleva a daño del revestimiento epitelial del bronquio, persistencia de la hiperreactividad bronquial y de moco bloqueante de las vías aéreas.

Cuando el asma o sus síntomas, como la tos, no mejoran, es posible que se deba a:
Algún desencadenante en el entorno del paciente, como en la casa, colegio o trabajo: polvo, animales,
cucarachas, moho y el polen, aire frío, humo de tabaco, entre otros.
Algún desencadenante ocupacional, en el cual es característico que el paciente mejore durante los fines de semana o cuando esté en vacaciones.

El paciente no está tomando algún medicamento, incluyendo el inhalador, de la manera correcta. En algunos casos será necesario cambiar de medicamento por alguno más efectivo para el control a largo plazo.

Puede que el asma sea más grave de lo que se piensa, por lo que los casos de asma recurrentes deben ser consultados con especialistas en asma.
Es posible que no sea asma, sino otra enfermedad la que afecte al paciente.

PRONOSTICO

En la mayoría de los casos de asma, la enfermedad produce intervalos de dificultad respiratoria y asfixia, lo cual puede ser desalentador o incluso discapacitante para el paciente y no mortal. Con el tratamiento adecuado y la observancia de las recomendaciones terapéuticas, los pacientes con asma pueden mantener una vida productiva. Ocasionalmente, la enfermedad desaparece espontáneamente. En sus formas más severas, la hiperinflación pulmonar puede progresar en el tiempo hasta eventualmente causar enfisema. Las infecciones bacterianas superimpuestas al asma pueden conllevar a bronquitis crónica, bronquiectasis o neumonía. En algunos casos menos frecuentes, especialmente en pacientes adultos, el asma no controlada puede producir cor pulmonale e insuficiencia cardíaca.

TRATAMIENTO

El tratamiento farmacológico específico recomendado para pacientes con asma depende en la severidad de su enfermedad y la frecuencia en la aparición de los síntomas. Los tratamientos específicos para el asma se clasifican a groso modo en medicinas preventivas y de emergencia. El reporte EPR-2 (por sus siglas en inglés Expert Panel Report 2), un protocolo para el diagnóstico y manejo del asma, así como el reporte de otras sociedades internacionales son usados y apoyados por muchos médicos.

Los broncodilatadores se recomiendan para el alivio a corto plazo en prácticamente todos los pacientes con asma. Para quienes tienen solo ataques ocasionales, no se necesita otro tipo de medicamento. Para quienes tienen una persistencia de los síntomas de manera moderada, es decir, más de dos crisis por semana, se sugieren glucocorticoides inhalados de baja concentración o, alternativamente, se puede administrar un modificador de leucotrienos oral, un estabilizador de la membrana de los mastocitos o la teofilina. Para los individuos que presenten crisis diarias, se sugiere una dosis más elevada de glucorticoides en conjunto con agonistas β-2 de larga acción inhalados o bien un modificador de los leucotrienos o la teofilina, pueden sustituir al agonista β-2. En los ataques asmáticos severos, se puede añadir glucocorticoides orales a estos tratamientos durante las crisis severas.

El descubrimiento en el año 2006 de que el asma puede ser causado por la sobreproliferación de un tipo especial de linfocito NK puede conllevar ultimamente al desarrollo de un mejor y más específico grupo de medicamentos. Los linfocitos T del grupo NK parece ser resistente a los corticosteroides, una de las principales líneas de tratamiento actual. Otras prometedoras opciones en estadios de investigación incluyen el uso de estatinas, que son medicamentos que disminuyen el nivel de colesterol en el plasma sanguíneo y el uso de suplementos con aceite de pescado, para reducir la inflamación en las vías respiratorias.

PUBLICADO X: FABIAN Y LEIDY CARREÑO

APARATO RESPIRATORIO

El aire está formado por una gran cantidad de gases. El oxígeno es el gas que el cuerpo de los seres vivos necesitan incorporar para que se puedan aprovechar los nutrientes. El aparato respiratorio del hombre es el encargado de ingresar el aire al cuerpo y sacar el dióxido de carbono mediante dos movimientos: la inspiración y la espiración. Luego, el oxígeno se combinará con los nutrientes para transformarse en energía mediante un proceso llamado oxidación.
PUBLCADO X: LEIDY CARREÑO